martes, 19 de julio de 2016

Genocidio autorizado. La Comisión Europea propone continuar fumigándonos con disruptores endocrinos mientras los científicos nos analizan

Publicado: Domingo, 17 Julio 2016

La propuesta de la Comisión Europea (CE) de ayer sobre los criterios científicos que definen los disruptores endocrinos (EDC) es la última consecuencia peligrosa de un debate altamente tóxico. El lobby de la industria química, con el apoyo de ciertas facciones de la CE (en particular, la DG SANTE y el Secretario General) y algunos estados miembros (Reino Unido y Alemania), ha puesto obstáculos significativos en el camino hacia una regulación eficaz de la salud pública y el medio ambiente.

Hasta el último e intenso debate en el Parlamento Europeo, la mayor preocupación había sido una propuesta de un “criterio de potencia”, que podría haber eximido a un número significativo de productos plaguicidas de ser prohibidos. Sin embargo, como quedó claro ayer, la CE ha encontrado otra manera de complacer los intereses de la industria química, tal vez incluso más eficaz.

Los criterios presentados por el Comisario de Salud y Seguridad Alimentaria Andriukaitis estipulan una carga increíblemente alta de pruebas antes de cualquier posible prohibición de las sustancias químicas que actúan como EDC. La propuesta de la CE requiere una demostración de la causalidad entre un efecto adverso en los seres humanos y un modo de acción endocrina.

Como afirmaron Los Verdes en el Parlamento Europeo, esto va en contra de las prácticas de clasificación estándar para sustancias similares, tales como las que tienen efectos adversos sobre la reproducción. Si los criterios actuales no son respetados muchos, si no todos los presuntos EDC, escaparán a la prohibición.

Según la OMS, la literatura científica todavía no puede ofrecer una fuerte evidencia del tipo de relación causal deseada por la CE. Sin embargo, su más reciente evaluación del estado de la ciencia acerca de los EDC subraya que "hay pruebas suficientes para concluir que los efectos adversos de mediación endocrina han ocurrido en algunas especies de fauna silvestre", incluso si la evidencia de esos efectos adversos en la salud humana es débil.

Es probable que a los científicos les lleve mucho tiempo pasar de esta débil evidencia a una prueba de causalidad. Mientras tanto, muchos sospechosos EDC podrían ser admitidos en el mercado y, por defecto, en los cuerpos de la gente.

Leonardo Trasande, profesor asociado del departamento de Salud Publica de la Escuela de Medicina de la NYU, dice sobre esto:

"Las implicaciones de la espera de la evidencia perfecta de causalidad incluyen la enfermedad, la discapacidad y la pérdida de vidas en futuras generaciones de europeos. El costo de estos fracasos de las políticas en curso resonará mucho tiempo después [...] ".

Tanto Health and Environment Alliance(HEAL) como Pesticide Action Network han enfatizado análogamente esta amenaza a la salud humana planteados por una imposiblemente alto grado de evidencia.

Tampoco hay que olvidar que la DG Medio Ambiente ya había analizado el cuerpo más reciente de la literatura de los estudios toxicológicos y epidemiológicos relevantes sobre los EDC en 2013, y estaba listo para publicar criterios científicos para su definición. En ese momento, DG SANTE (entonces llamado DG SANCO) luchó del lado del lobby de la industria química para socavar el trabajo de la DG Medio Ambiente sobre esto, y fue recompensada por el presidente Juncker, poniendo a DG SANTE a cargo de los trabajos sobre la regulación de los EDC. Como ahora sabemos a ciencia cierta, DG SANTE ha destruido por completo una pieza clave de la legislación ambiental y la salud.

Ahora le corresponde al Parlamento Europeo y a los estados miembros de la UE rechazar la propuesta actual y apoyar firmemente el interés público en este tira y afloja regulatorio

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